Los materiales son los mismos que mostramos en la entrada de la prótesis casera publicado hace unos días, y básicamente son:
- Un sobrecito de colapiz en polvo (o una lámina de colapiz).
- Una tacita o recipiente resistente al calor.
- Una cucharita.
- Pinceles.
- Un platito y vasito descartable.
- Cola sintética.
- Papel toalla.
- Un poco de algodón.
- Base en polvo del color de tu piel.
- Pinturas acrílicas color rojo, amarillo, azul, blanco y negro (pueden ser témperas también, pero quedará brillante y con aspecto húmedo).
- Colorante de cocina color rojo o Aseptil rojo (opcional, para hacer sangre).
- Miel de maple (opcional, para hacer sangre)
¡Manos a la obra!
1.- Derrite el colapiz en un poquito de agua caliente y pónle base en polvo del color que más se parezca a tu piel (o si prefieres, no le pongas ningún color y espera al final para pintarlo todo con acrílicos).
2.- Con un pincel, esparce un poco de colapiz en la zona que quieres "herir". De preferencia que esté tibio, por dos razones: para que no te quemes, y para que haga un poco de relieve sin llegar a hacer grumos. Recuerda que mientras más caliente, más líquida, y mientras más fría, más viscosa y difícil de aplicar.
3.- Ahora la parte compleja: coge una tira delgada de algodón, remójala en el colapiz aún líquido con cuidado, y colócalo en el borde del fondo de tu herida. Hará las veces de colgajo de piel, por eso es importante que sea delgado e irregular. Esto se logra fácilmente con los dedos, pero ten cuidado de hacerlo mientras esté húmedo para que no se te pegue o se desprendan filamentos de algodón (esto sólo sucede si no ha absorbido del todo el líquido. Recuerda que tiene que estar completamente mojado).
4.- Coge tus pinceles y ¡a pintar se ha dicho! Te sugerimos que lo hagas de la siguiente forma: pinta el fondo con un color rojo intenso, haz algunas líneas con azul super delgadas y difumina, para que de la sensación de sombras. También puedes hacer líneas delgadas, que recuerden las fibras de músculo. Utiliza tu creaividad (y alguna referencia gráfica) para que tu herida sea lo más realista posible. Para el borde interno del colgajo, usa también rojo, y para la parte externa, mimetízalo lo mejor que puedas con el resto de tu piel con maquillaje base o acrílicos.
Te sugerimos utilizar los colores primarios (amarillo, rojo y negro) porque mezclándolos lograrás el tono perfecto. El problema cuando usas un color ya hecho (como el morado, por ejemplo), no genera matices de color, y eso lleva a que no se vea real.
Ahora, si deseas hacer algo más sangriento y disimular más los bordes, te recomendamos hacer sangre de utilería. Es bien fácil: sólo mezcla un poco de miel de maple con colorante rojo (o aseptil, en su defecto). Recuerda que los tintes manchan la ropa y la piel, y que están bien concentrados, así que una gotita debería bastar. Mezcla bien y échalo en tu herida y alrededores a discresión. Harás que dé asco, no sólo por lo grotesco de ver piel desprendida, sino por la sangre chorreando por tu brazo. Eso sí, si vas a usar este tip, te recomendamos que te pongas la ropa que menos extrañes si es que se mancha ;)
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